the man with the camera

BRAD WILL FUE UN REPORTERO muerto mientras participaba de la cobertura de una manifestación popular. Tuvo la espalda y la barriga atingidas por dos balazos disparados indiscriminadamente por la policía y paramilitares contra la multitud, que consiguió socorrerle, pero sin éxito. Brad perdió la vida a camino del hospital.

Su historia es igual a la de muchos periodistas que se lanzan hacia zonas de conflicto para colectar hechos relevantes y buenas imágenes, sea en África u Oriente Medio, los Balcanes o América Latina. El mundo está lleno de agencias que envían sus corresponsales para publicar la información que más vende, es decir, la que trae consigo el color rojo de la sangre humana.

Brad, empero, no trabajaba para ningún gran periódico o cadena de televisión. Era lo que podríamos llamar de activista audiovisual, en los moldes del “hazlo tú mismo” mediático que surgió en 2001 a lo largo de la reunión de la Organización Mundial del Comercio, en Seattle. Para ofrecer una visión más plural y democrática de las muchas manifestaciones planeadas para la fecha, los medios de información alternativa de la ciudad y de otras regiones de los Estados Unidos decidieron ampliar la cobertura de tono anticapitalista creando un sitio en la internet en el cual los corresponsales –todos ellos– podrían publicar sus contenidos de manera libre. Abdicaron del derecho de autor en beneficio de una más grande coordinación política y simbólica en contra de la cumbre internacional: los medios participantes podrían utilizar las fotos, textos, videos y sonidos disponibles en la página web, que se transformaría entonces en una especie de foro periodístico herviente con la información que nacía de todos los lados.

El sistema invirtió los padrones tradicionales del periodismo. De pronto, todos podrían y deberían ser periodistas, ejerciendo un derecho ancestral de todas las democracias existentes en el mundo: la libertad de expresión. El proyecto de los anticapitalistas de Seattle floreció en lo que hoy conocemos como Indymedia o, en castellano, Centro de Medios Independientes, organizados por colectivos constituidos en muchos países del mundo.

Brad Will era colaborador de la red Indymedia, y su implicación en la lucha popular, como reportero, le había llevado desde Nueva York –donde empezó a registrar manifestaciones populares de homeless– hasta Brasil y Bolivia. Con su cámara, Brad estuvo en la lucha de los sin techo en Goiania, en el centroeste brasileño, y en el levantamiento indígena de El Alto que, entre otras consecuencias, derrumbó dos presidentes bolivianos antes de la elección de Evo Morales.

En la ocasión de su muerte, el periodista se encontraba en México, acompañando de cerca la oleada rebelde que culminó en la formación de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, APPO, en 2006, “una de las más importantes experiencias organizativas del movimiento social en México”. [1] La APPO nació en la estela de la huelga magisterial que ganó las calles de Oaxaca en mayo del 2006. En la ocasión, los maestros exigían mejores condiciones de trabajo, lo que pasaba por sueldos más altos, la rezonificación de los profesionales en los municipios del estado y más inversiones públicas en educación.



 Pero el gobierno oaxaqueño se rehusó a dialogar con los manifestantes, ordenando el retorno inmediato a las clases, una vez que la conclusión del ciclo escolar del 2005/2006 estaba amenazada por la movilización de maestros. Ante la negativa de los profesores, el gobernador Ulises Ruiz Ortiz, del PRI, ordenó el envío de fuerzas policíacas para aplastar el levantamiento y restablecer el “orden”. Sin embargo, los huelguistas se mantuvieron en marcha tras enfrentar las porras, pelotazos y gases lacrimógenos de la Policía Federal Preventiva. Contabilizaron prisiones y heridas, pero resistieron. 

La violencia del gobierno y la resistencia de los manifestantes hizo con que la causa de los maestros saliese de las fronteras de Oaxaca y ganase el estado y el país. Mociones de apoyo fueron enviadas de todo el México. El movimiento ganó fuerza y, merced a una tradición que ya existía entre los oaxaqueños, pudo constituirse como una “asamblea de asambleas”: 365 organizaciones sociales, ayuntamientos populares y sindicatos se juntaron al movimiento magisterial. Las reivindicaciones fueron unificadas en lo que, dentro de sus particularidades, tenían en común. “Oaxaca es un estado pluriétnico y multicultural. Viven allí 16 pueblos indios. Las ocho regiones y los 570 municipios que la integran son el espacio territorial que da identidad y horizonte de lucha a gran diversidad de organizaciones etnopolíticas, comunitarias, campesinas, populares y civiles.” [2] Dentro de toda esta diversidad, la fuerza popular organizada dentro de la APPO pudo encontrar un único objetivo por el cual luchar conjuntamente: pasaron a exigir la renuncia de Ulises Ruiz Ortiz, por corrupto y represor.

En junio de 2006, la organización empezó un trabajo de construcción colectiva que contó con la okupación de oficinas del gobierno, estaciones de radio públicas y privadas y la toma de vehículos oficiales. Según Luis Hernández Navarro, “en el entorno de la APPO, pero más amplio que ella, se ha creado un movimiento sociopolítico conocido como la Comuna de Oaxaca. Ella es la expresión organizativa autónoma de la resistencia popular, el embrión de un poder distinto. Ese ‘otro poder’ en construcción se expresa en la creación y consolidación de la Policía del Magisterio Oaxaqueño y el Honorable Cuerpo de Topiles. Allí está contenida la voluntad de transformación política profunda de una parte muy importante de la sociedad oaxaqueña.” [3] Lastimosamente, la construcción de este foco de resistencia llamó la atención de los órganos represores del estado de Oaxaca y del gobierno federal mexicano, que no tardaron a enviar fuerzas policíacas para aplastar la resistencia. Un informe de la APPO publicado en noviembre dice que esas confrontaciones fueron las responsables por la detención de 40 militantes y la muerte de 17 personas. Brad Will hace parte del cómputo. Cayó en Santa Lucía del Camino, con su cámara, tras filmar su propia muerte.

El 28 de octubre del 2006 fueron consignados ante el Ministerio Público mexicano cuatro funcionarios y Pedro Carmona, un ex presidente vecinal del municipio de Santa Lucía del Camino, por su presunta participación en el homicidio del reportero. Estas personas salieron meses después de la cárcel. El 16 de octubre de 2008, la Procuraduría General de la República informó que detuvo a Juan José Martínez Moreno, simpatizante de la APPO acusado de ser el autor del disparo contra Brad. La Comisión Nacional de Derechos Humanos respondió que la PGR incurrió en conductas irregulares y omisiones durante la investigación.

El asesino de Brad continúa suelto, probablemente junto con los que dispararon y mataron los otros dieciséis manifestantes que también perdieron la vida mientras luchaban en las calles pacíficamente por demandas sociales justas. ((i))

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